Después de las buenas sensaciones que tuvimos con la Zebda, pusimos el ojo en otra vía algo más fácil (en teoría). Asi que, repetimos la misma estrategia, despertarnos sin prisa ya que teoricamente la vía era más fácil y tardaríamos menos. Que mala decisión..

Tardamos aproximadamente una hora en llegar a pie de vía, ya que tiene un par de ferratas y un largo(el primero de la canyon) que tienes que hacer para poder acceder a la parte alta del barranco debido al bloque empotrado.

Empezamos a escalar cuando ya estaba dándo el sol a la pared a base de bién. Yo inicie el primer largo, y me descolocó por completo debido a su gran exposición. El croquis que llevábamos no indicaba nada y no llevabamos otra cosa que cintas express, asi que me toco hacer de tripas corazón y tirar como fuera. Llegue a la R exhausto, con la boca seca y reventado debido al estrés y el implacable sol que me robaba la energía cada minuto que pasaba. El segundo largo, un 6c, le tocaba a Edu. Creo que no le vei tan agobiado durante el resto del viaje, a pesar de que hicimos vías mucho más duras. Poco a poco fuijos asendiendo hasta llegar debajo de una gran techo que caracteriza la pared. Habíamos perdido demasiado tiempo en hacer los largos anteriores y ahora entrábamos en el crux de la via 7b, 7b y 7a. Yo estaba consumido por el sol, con una pajara tremenda y sin energía y Edu estaba agobiado con la hora pensando que el mundo se acababa cuando se ponía el sol.. 🙂 asi que la decisión más correcta, ya que ninguno de los dos pudo hacer frente y tomar las riendas del asunto fue iniciar el descenso..

Yo no estaba muy contento con la idea, o más bién mi ego, pero la realidad es que no estaba para hacer nada, me había consumido con el sol y debíamos ser prácticos, queda mucho viaje por delante aún..

NOTA: Es muy recomendable llevar siempre un semaforo de aliens y unos fisureros cuando el croquis no este del todo claro..