El viaje tocaba ya a su fin. Llevábamos cinco vías, dos de ellas de las que puntuan, y nos quedaba aún tiempo para poder hacer otra. Yo estaba motivado, lanzando propuestas al aire, muchas de ellas quizás demasiado ambiciosas tal y como estábamos, pero esa es mi naturaleza, machacarme hasta irme sin tener ganas de escalar en un tiempo. Edu, más sereno y tranquilo, quería despedirse del lugar de buenas maneras, disfrutando y con buen sabor de boca. Distintas naturalezas atadas a una única cuerda, pero eso es precisamente lo interesante y enriquecedor, ya que toca consensuar y aprender a ver la vida con otros ojos..
Decidimos finalmente escalar una vía nueva, equipada en la pared de las sources, y que nos recomendaron unos amigos catalanes alojados en el otro gite.