Después de nuestro pequeño incidente en el Rostrum, tras la rotura del #4 en una caída, me quede sin compañeros para probar este clásico de grado «fácil» y en el que predominan los largos de chimenea y OW. La idea era intentar rodar en este tipo de vías, para poder estar más a la altura del gran proyecto del viaje, la Freerider.
Aprovechando el facelift y las numerosas personas que conocimos durante esos días, entre cerveza y cerveza encontré una compañera perfecta para meterme en este aventura.. Shayna, nuestra warrior princess!
Después de mucho insistir en que debíamos empezar muy pronto, son 16 largos muuuy raros, nos despedimos hasta la 7 del día siguiente. Lo que no sabía es que esa noche, iba a ser la gran noche.. y que me acostaría bastante perjudicado a eso de las 5. Cuando abrí el ojo, no me lo podía creer, aún notaba los efectos producidos por el exceso de zumo de zebada, pero aún asi me armé de valor, y decidí salir del saco dispuesto a desayunar y quedar según lo acordado.
Después de la aproximación de una horita, la resaca se me había pasado y ya era otra vez el mismo ansioso e hiperactivo de siempre. Llegamos a pie de vía y empezamos a escalar. Era un día fresco y algo raro ya que hacía bastante viento. Entre eso y que los primeros largos estaban algo descompuestos, la verdad es que Shayna se fue viniendo abajo poquito a poco. Para cuando llegamos a pie de la gran pilastra, lo tenía claro, era muy tarde y se quería bajar ya que el destrepe del Sentinel es bastante complicado y más de noche. Teníamos una cordada delante, así que utilicé este pequeño pretexto para llenarla de confianza y motivación. Yo tiro de primero el resto de la vía si quieres, pero vamos a la cumbre.. que podemos hacerlo. Dudo un poco pero se dejo llevar…
Atravesamos un bloque partido por una estrecha grieta y llegamos al otro lado del pilar, posicionandonos ahora si y tras un pequeño rapel, en la elegante y oscura roca del Sentinel. A partir de aqui, los largos eran espectaculares y el gran pilar parecia protegernos de las rachas de viento, asi que todo empezo a fluir mucho mas..
Yo me comprometi a hacer todos los largos restantes, excepto el Narrows, una estrecha.. ¿chimenea? en la que tocaba arrastrarse como un perro, y en la que juro por dios nunca pensé que pudiera caber. Fue toda una spueración para mi poder meterme en ese angosto agujero vertical y reptar metro a metro hasta llegar a la reunión. Superado este punto, el resto de la vía ya fue pan comido..
Hicimos cumbre y esperamos al resto de las cordadas viendo una preciosa puesta de sol,para bajar todos juntos y evitar embarques nocturnos de última hora.
Fue una larga actividad con una bonita recompensa.. teníamos una nueva amiga en el valle, una de esas personas siempre optimista y con una sonrisa de oreja a oreja.. Gracias!!!